Con Lupa | Dream Theater: expectativas con el retorno de Mike Portnoy | Detalles sobre el álbum

En la sección «Con Lupa» se desgranan los temas más mediáticos de la actualidad progresiva.
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Una vez, hace bastantes años, escribí el siguiente párrafo:
«A finales de la década de los 2000, se produjo la mayor ruptura en el seno de la formación en sus 30 años de vida: la marcha de Mike Portnoy marcó un antes y un después en la carrera del conjunto, tanto que los dos discos posteriores a su despedida tuvieron títulos muy enigmáticos, sobre todo A Dramatic Turn Of Events.«

Y sí, mucho drama hay ahí, pero es cierto que para mí fue una muy mala noticia que el músico abandonara la formación. Sigo pensando lo mismo que indiqué entonces:

«Quizás la sombra de Portnoy era tan extensa y su carácter tan marcado, que, con una serie de circunstancias a su favor, los restantes cuatro decidieron prescindir de él y reivindicarse como una banda de potestad equitativa. Razón ésta por la que su último disco publicado se llama Dream Theater —por aquel entonces—: con este título homónimo, el grupo quiso dar a entender que volvían a ser ellos pese a la tremenda escisión en 2010 y que la esencia de los neoyorkinos continuaba intacta.»

Es cierto que la comunidad de oyentes se polarizó, y a las clásicas preguntas que se formulaban —¿Peter Gabriel o Phil Collins? ¿Fish o Steve Hogarth?— se añadió una nueva: ¿Mike Portnoy o Mike Mangini?
Obviamente, yo no fui la única que se postuló a favor o en contra de Portnoy, y antes de que se supiera que el nombre elegido era Mangini, Dream Theater efectuó una táctica de marketing muy ingeniosa: subir a internet las audiciones para encontrar al nuevo quinto vértice; y con esto se aseguró de estar en boca de todos y de mantener el hype en lo más alto. [Vídeos de los drummer auditions: parte I y parte II].
Todos hicimos nuestras apuestas. Mis favoritos eran Virgil Donati y Aquiles Priester, sin menospreciar a los demás. No tuve en cuenta, debo aclarar, que en torno a Mike Mangini oscilaban dos factores que condicionaron su inclusión —además del hecho de que tiene mucho talento y ha demostrado en repetidas ocasiones que está a la altura de los titanes—: previamente trabajó con James LaBrie, y creo que el carácter del batería es radicalmente opuesto al de su predecesor. Supongo que el carácter de Mike Portnoy tiene muchas aristas, y o eres su «ojito derecho» o no se lleva bien contigo, no hay medias tintas.

Dejando de lado mis suposiciones, el tremendo hype que creó la noticia del regreso de Portnoy a filas no tuvo parangón, las expectativas de la comunidad progresiva están puestas en el cielo. Tanto es así que las entradas de su concierto en Madrid (17 de noviembre en la Nueva Cubierta de Leganés) se agotaron enseguida, por lo que decidieron ampliar el aforo. Esto último lanza una serie de cuestiones al aire: ¿Fue esto premeditado? ¿Se supo desde el principio que la salida de Portnoy era un simple hiato —nada definitivo— y que su ausencia seguía una lógica con fines comerciales? Al despedir a Mangini le dijeron que su puesto era temporal, ¿estaba estipulado así desde el principio?
Duda reforzada por las palabras del teclista Jordan Rudess, quien dijo: «El proceso de bienvenida fue realmente inmediato y todos estamos muy felices de restablecer lo que teníamos. Quiero decir, es como volver a juntar a la banda principal».
Volviendo al asunto objetivo, todo indica que la cita que nos espera en noviembre será un evento mayúsculo, ya que será un autohomenaje de discos pasados, incluyendo a los de la etapa Mangini.

La banda ya ha finalizado todas las tareas de composición para su nuevo álbum de estudio. Además, las partes de batería ya están grabadas, y se espera que este decimosexto disco llegue a finales de este año. Hablando de este proceso, el batería ha esclarecido que el grupo sigue un enfoque “de la vieja escuela” en el estudio, donde todos los miembros trabajan juntos en lugar de hacer partes separadas en casa. Es por eso que ha requerido más tiempo, pero él lo considera positivo.
Portnoy ha comentado que el LP retoma el camino de Black Clouds & Silver Linings (2009) y también ha añadido que «hay un estilo determinado que tenemos los 5 cuando escribimos juntos y si escuchas el álbum con esta formación de 1999, si miras esa serie de 5 o 6 álbumes, ése es el sonido y el estilo de estas 5 personas. Así que creo que es una buena indicación de lo que puedes esperar del nuevo álbum de Dream Theater. Definitivamente suena como el clásico Dream Theater«.

Lo que se traduce de esto es que escucharemos un disco con reminiscencias a la última etapa de Portnoy en el equipo, a la par que se conjugarán los patrones más clásicos típicos de Metropolis Pt.II: Scenes From A Memory. Hay una gran expectación en torno a este futuro lanzamiento, y no es para menos; el hijo pródigo ha vuelto a casa. Pero, ¿este álbum será del agrado de todos sus oyentes? Alea Jacta Est.

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