Especial | Porcupine Tree – ‘In Absentia’

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Pink Floyd – Wish You Were Here
Queensrÿche Operation: Mindcrime


Redacción: Eva Plaza

Steven Wilson, alma máter de Porcupine Tree, refirió que cuando era niño le influenciaron especialmente dos LPs: The Dark Side Of the Moon, de Pink Floyd, y Love to Love You Baby de Donna Summer: «En retrospectiva puedo ver cómo son casi responsables de la dirección que tomó mi música desde entonces».

Los inicios de Porcupine Tree no pudieron ser más contrarios: comenzaron siendo un dúo entre Steven Wilson y un amigo suyo del colegio, Malcolm Stocks. Wilson comenzó a grabar y a preparar material nuevo en su casa, que reunió en tres demos, llamadas Tarquin’s Seaweed Farm, Love, Death & Mussolini y The Nostalgia Factory. En la primera cinta escribió la presentación de una banda imaginaria, The Porcupine Tree, cuyos integrantes se habían conocido en un festival de rock a mediados de los 70 y habían estado entrando y saliendo de la cárcel desde entonces. El nombre de los personajes es bastante curioso, como Lindon Samuel Dawson (LSD), y ya quedaba claro lo mucho que le había influenciado la psicodelia de Syd Barrett.
«Era algo un poco divertido. Pero por supuesto todo lo que comienza siendo una broma, ¡la gente empieza a tomárselo en serio!».
Estas demos de Porcupine Tree se editaron entre 1989 y principios de la década de los 90, pero si nos remontamos a 1983, veremos que la trayectoria que describió Wilson en su vida artística fue más tortuosa y compleja, y que no comenzó directamente a publicar bajo la archiconocida formación que hoy en día es todo un referente del Rock/Metal Progresivo actual.

Hagamos un paréntesis aquí; porque todas mis referencias mencionan que Stocks integraba ese dúo primogénito, pero se dice que Porcupine Tree al principio era una creación unipersonal, De hecho, Wilson explicó lo siguiente: «Comenzó como un proyecto en solitario. Fue algo que comencé a hacer tan pronto como tuve el dinero para comprar mi propio equipo de estudio. Cuando tienes un estudio en tu casa, tiendes a hacer cosas que no harías: si estás pagando para ir a un estudio profesional, estás mirando el reloj todo el tiempo. Lo único que quería hacer, porque tenía un gran amor por la música psicodélica y progresiva de finales de los 60 y principios de los 70, era dar mi propio punto de vista sobre eso».

Otros proyectos fueron los dos siguientes: Altamont estaba compuesto por Wilson y Simon Vockins. Es constatable que todo se entrelaza y que pequeñas piezas de esos años van a ayudar a construir el puzle sonoro del que hace gala el grupo posterior. El único cassette grabado con Altamont se titula Prayer for the Soul, y contiene letras de Alan Duffy, trabajo que Wilson incorporaría en las canciones ‘This Long Silence’ e ‘It Will Rain For A Million Years’. Karma era una banda progresiva con la que grabó The Joke’s On You (1983) y The Last Man To Laugh (1985). Estos lanzamientos incluían las versiones pioneras de ‘Small Fish’, ‘Nine Cats’ y ‘The Joke’s On You’, que fueron resucitadas como canciones del «árbol del purcoespín».

A modo de recapitulación digamos que Wilson siempre ha estado inmerso en diversos proyectos, tanto antes como después de conseguir ser uno de los compositores británicos mejor valorados.
La década de los 90 fue un periodo complicado también para el músico a la hora de consolidar su sello; las grandes casas discográficas (EMI, Warner, etc.) centraban su atención en los éxitos de ventas. Formaban parte de una industria descarnada que no dudaba en apartar sus ojos de la escena emergente. En Reino Unido, Phil Collins era la propuesta consagrada que subordinaba a las radios comerciales, como si éstas fueran títeres que atendían únicamente al negocio del dinero.

Pese a ello, el disco On the Sunday of Life apareció en las tiendas especializadas de Londres, y se trataba de un recopilatorio de las grabaciones entre 1988 y 1991 (de Tarquin’s Seaweed Farm y de Nostalgia Factory).
Tiene especial relieve el EP Voyage 34, con el que se vuelve a evidenciar la influencia de Barrett y de los patrones floydianos: puesto que Voyage 34 analiza los pros y los contras de los viajes con LSD.
A finales de 1993, tras los directos de Up the Downstair, se transmutó al cuarteto ya conocido, con Richard Barbieri (teclados), Colin Edwin (bajo) y Chris Maitland (batería). Tocaron juntos por primera vez el 4 de diciembre de  1993 en el Nag’s Head de High Wycombe, y desde entonces se configuró el elenco, con una variación que veremos en In Absentia. Aunque, a decir verdad, en este punto aún eran músicos de sesión; se convirtieron en miembros permanentes a partir de The Sky Moves Sideways (1995): «Obviamente, la preocupación práctica de poder tocar la música en vivo fue el factor instigador. Pero creo que inconscientemente también sentí que había llevado los años en solitario tan lejos como quería, porque nunca disfruté mucho trabajar con cajas de ritmos. En The Sky Moves Sideways tuve un par de pistas en las que incluí a Chris y Colin por primera vez; ‘Stars Die’ y ‘Moonloop’. Y fueron un punto de inflexión para mí porque me di cuenta de que esas dos pistas en mi opinión eran las mejores de todas las sesiones. Y me di cuenta a partir de ese momento que no quería volver a tener que usar cajas de ritmos. Pero también, creo que siempre me ha enamorado la idea de, ya sabes, «la banda de rock». Porque las bandas tienen una especie de glamour, atractivo y romance que los proyectos en solitario simplemente no tienen».

Tras Yellow Hedgerow DreamscapeStaircase Infinities y el EP Moonloop, llegaron, como decía, The Sky Moves Sideways y también Signify (1996), a partir del que la prensa estadounidense se fue haciendo eco del elenco. Wilson dijo: «Signify es ligeramente singular, ya que está grabado como un disco de una banda, porque nunca fuimos capaces de permanecer todos en la misma habitación a causa de limitaciones físicas, con la excepción de la canción «Intermediate Jesus», que fue compuesta fuera».

Después fue el turno de Stupid Dream (1999) y Lightbulb Sun (2000), más melódicos y beatleianos.
Estos dos álbumes se cobijaron bajo el sello Snapper, pues la discográfica Delerium Records, no podía abarcar los recursos que se precisaban para la producción. De hecho, el directo Coma Divine, grabado en Roma, fue el último de la banda editado por la primera casa de discos. Esto fue lo que expuso el frontman: «Porque el problema era que necesitábamos, con este álbum, mucho dinero por adelantado. Necesitábamos hacer un video, necesitábamos lanzar tres singles del álbum. Toda la m*****, y todos los juegos que hay que hacer… Quiero decir, no me gusta el hecho de que haya que hacer todo eso, pero la realidad es que tienes que hacerlo si quieres llegar a la gente. Y no hay forma de que Delerium pudiera haber financiado eso, así que tuvimos que mudarnos «.
«Signify se registró con un total de 2000 libras, que es un presupuesto bastante patético. Teníamos mucho más dinero para esto, gastamos alrededor de 15,000 libras en este álbum, que todavía es bastante pequeño si se compara con los presupuestos que algunas bandas tienen «.

En el año 2002 se publicó In Absentia, álbum que implicó un cambio en el registro sonoro de los británicos, albergando en su seno al Metal Progresivo. Es decir, que dejaron de encorsetarse en sus patrones musicales para ampliar sus horizontes. Uno de los motores que incitaron a Porcupine Tree a dilatar su rango fue Opeth, la conocida banda con Mikael Akerfeldt como líder. El sonido de los suecos era diferente; experimentaban con un death metal con tintes progresivos, y esto sin duda captó la atención de los británicos. Claro que esto conllevó un camino bastante más largo que Wilson tuvo que recorrer hasta dar con los suecos, comenzando por Burzum y el libro Lords of Chaos.

“Durante años me había estado lamentando del hecho de que ya nadie estaba experimentando con la música rock. Y, por supuesto, sólo lo estaba mirando a través de mi pequeño telescopio en esta subsección muy pequeña de la escena rocosa. Cuando me presentaron a bandas como Opeth y Meshuggah, dije: ‘Ah, aquí es donde está ocurriendo la innovación, en el extremo brutal del metal'».
“Soy una de esas personas que siempre está buscando qué puede hacer a continuación que sea diferente. Inmediatamente pude ver cómo elementos de eso podrían incorporarse a mi propia escritura”.

Todo esto requería que también los instrumentos tuvieran que ser considerados e interpretados desde otro prisma. Mientras que Edwin era seguidor y estaba más acostumbrado al plano metalero, Barbieri estuvo momentáneamente confuso hasta dar con su sonido. Por ello, el líder de la formación recalcó la labor de Barbieri: «… una manera muy innovadora para encontrar la forma de integrar la música electrónica y texturas teclísticas en el contexto del sonido heavy, y creo que ningún otro teclista hubiera sido capaz de hacer eso».
A Wilson le costó mucho dar con su enfoque a la hora de tocar la guitarra: «La guitarra eléctrica tiene ya un vocabulario muy establecido … Creo que el problema con la música rock ahora mismo es que no queda nada más que decir con la guitarra eléctrica que no haya sido dicho anteriormente. Todos los riffs han sido ya compuestos; Jimmy Page escribió la mitad y Tony Iommi escribió la otra mitad; ya no queda mucho más».

La férrea amistad que forjaron Akerfeldt y Wilson es manifiesta, una prueba musical de esa unión es Storm Corrosion, grupo surgido de la colaboración de ambos. Por otra parte, la vertiente más «desenfadada» y pop-rock ya estaba siendo expandida en Blackfield, cuando conoció al israelí Aviv Geffen, y es otro motivo por el que el compositor decidió encarar In Absentia hacia el lado más agresivo, pues el pacifico ya estaba siendo estudiado.

In Absentia fue además el primer y único trabajo con Lava Records. El sello esperaba conseguir un éxito masivo con el disco, y aunque las ventas del mismo no fueron tan elevadas, sí aumentaron considerablemente con respecto a los lanzamientos precedentes. Es posible que anteriormente Porcupine Tree hubiera ignorado a las grandes casas de discos porque era infrecuente que compartieran la filosofía del frontman: «No me atrae la gente que sólo piensa en el dinero, me gusta que la gente sea ambiciosa, que diga «Sí, podemos hacer esto y lo otro, y podemos vender muchas unidades y conciertos». Pero al mismo tiempo quiero pensar que la prioridad de esta gente es la integridad y tener siempre el arte en mente».

Se podría decir que hasta ese momento América era «territorio inexplorado» pero era, al mismo tiempo, una cuenta pendiente, y ahí es donde entraba la relevancia de la compañía. Como expuso el cantante, «... sabíamos que si queríamos hacer giras internacionales necesitábamos el apoyo de una gran discográfica«. Como dijo el bajista, «Empezamos a recibir atención por parte de gente que creía que podía hacer bastante dinero con nosotros, supongo, porque uno no adquiere un contrato con un gran sello porque a alguien le gustes artísticamente». Sin embargo, como apunte disconforme, Barbieri apuntó que «tuvieron la suerte» de que en Lava Records hubiera uno o dos fans del grupo.

El hecho de que el equipo llegara a un acuerdo con esta discográfica tuvo mucho que ver con que Stupid Dream (1999) y Lightbulb Sun (2000), los dos álbumes anteriores, pese a tener canciones radiables de formatos convencionales, nunca fueron pinchadas en esta plataforma, por lo que la banda permaneció en la omisión total por parte del público masivo.

“Pero no pasaba nada. Simplemente no nos escuchaban en la radio. Después de haber hecho dos álbumes que pensé que tenían material bastante accesible, había una sensación de frustración. Se podría argumentar que Porcupine Tree siempre fue la banda de culto por excelencia. Pero en este punto, estaba pensando, ‘Podemos ser más que esto’”.

Para que ocurriera lo que Wilson pretendía fue necesaria la acción de dos figuras experimentadas en el ámbito comercial. Por una parte, Andy Leff, manager estadounidense que se reunió con Richard Allen, actual manager y propietario del sello Delerium. El estadounidense aclaró que lo que precisaba el grupo era un contrato con una discográfica importante. El teclista comentó que Allen era el arquetipo del mánager americano: «muy directo, muy proactivo, muy dispuesto a hablar favorablemente sobre la banda».
Con este empeño, Allen contactó con Andy Karp, un ejecutivo de A&R en Lava Records de Nueva York. Karp era un seguidor del rock progresivo de la vieja escuela, por lo que eso supuso un contraste con su perseverancia para catapultar a Porcupine Tree hacia un tipo de audiencia más común.

Me emocioné mucho con las posibilidades de hacer un disco para un sello estadounidense importante, con toda la promoción y el aporte financiero que ello implicaría”.

Acompañando a Steven Wilson completaban el equipo Colin Edwin (bajo), Richard Barbieri (teclados) y Gavin Harrison (batería), quien reemplazaba a su homólogo Chris Maitland. El relevo de las dotes de Maitland por las de Harrison es otro punto a tener en cuenta. Como se pudo leer en líneas anteriores, el conjunto había llegado a un pacto con Lava Records, lo que suponía un gran cambio desde el punto de vista comercial y económico. Ello conllevó a una creciente ansiedad y tensión en los integrantes. El batería desde 1993 hasta ese momento quiso renunciar a un trabajo lucrativo en los espectáculos del West End. Esto no casaba con la filosofía de Wilson y se generó un enfado entre ambos que culminó cuando Chris empujó al vocalista contra la pared. “No quiero hablar sobre el incidente en particular, pero Chris no se estaba concentrando adecuadamente y no estaba tocando tan bien como debería haberlo hecho. Perdí los estribos y resultó en una separación de caminos”. Un año después de aquello se retomó el compañerismo, tal y como se refleja en el trabajo novel de Blackfield.

El problema para el grupo fue que esto tuvo lugar un par de semanas antes de comenzar a grabar. «Fue algo tonto de hacer«, se quejaba Steven. Habían conseguido firmar con semejante sello, pero apenas tenían margen para encontrar un cuarto componente.

Casi dos años antes de empezar a trabajar con ellos, en 2001, Gavin Harrison fue a verles en Sheperd’s Bush Empire (oeste de Londres). “Me impresionó que pudieran tener tanta gente en la sala tocando música muy poco comercial. Después de aproximadamente una hora, pensé ‘Eso es todo, ya he escuchado suficiente’. Le envié un mensaje a Richard diciendo que no me sentía bien”. Fue en ese evento cuando Gavin conoció a Steven: «Pensé que era un arrogante, la verdad [Risas]».
En 1995, Harrison había colaborado en un álbum solista de Barbieri, y fue él quien le invitó al concierto para que viera a su banda actual.
“Tal vez nueve meses después de haberlos visto en Shepherd’s Bush, recibí una llamada de Richard: Él dijo: ‘Nuestro batería acaba de irse, ¿vendrías a Nueva York y tocarías en este disco?’ Le dije: ‘Sí'».

In Absentia podría haber sonado muy diferente; Wilson refirió que Andy Karp había sugerido que Will Calhoun, batería de la banda de funk rock Living Colour, sustituyera a Maitland. Sin embargo, ya sabemos que las cosas evolucionaron de otra manera: Harrison logró ser un eslabón fijo en una cadena de cuatro piezas. Además, dio la casualidad de que estaba influenciado por Meshuggah, lo que definió en parte su sonido en esta nueva etapa.

Una semana antes de ir a América, alquilaron un estudio para que el percusionista tocara las canciones. Pudo haber sido «un desastre» (en palabras de Wilson), pero Gavin «lo clavó». La sensación de alivio fue indescriptible.
Cuando Gavin se unió al grupo, las partes de las baquetas ya estaban estructuradas. No obstante, él también aportó su sello identitario para que el sonido del redondo fuese más anexo al Metal. Digo esto porque, según Wilson, Harrison era (o es) mucho más potente y técnico que Maitland. Además, la visión más contemporánea del batería alejó definitivamente al disco de un enfoque pausado. «… Gavin fue la pieza final de esa ecuación en cierto modo: simplemente elevó totalmente el listón en términos no sólo de la percusión sino también de la maestría musical en toda la banda».

Hay otro dato importante a destacar: el equipo llegó a Nueva York unos meses después del 11-S, y ese ambiente apático y pesaroso dejó su impronta en el nuevo lanzamiento. Semanas después de que el avión se estrellara contra las Torres Gemelas, Wilson compuso ‘Collapse the Light Into Earth’, que, como comentó, la temática difiere con la tragedia, pero sin duda dejó plasmada su huella psíquica. “Es una canción sobre una ruptura, pero definitivamente se basa en lo que sucedió. No quería escribir sobre el 11 de septiembre. Hubiera sido como subirse al carro del dolor. Pero al mismo tiempo sentí la sensación de tristeza y conmoción que todos los demás sintieron. Me encontré sentado al piano, escribiendo esta canción que se convirtió en Collapse The Light Into Earth. En realidad, fue influenciado por ‘If You Go Away’ de Jacques Brel, pero la sensación de tristeza es lo que todos sintieron en los días posteriores al 11 de septiembre”.

In Absentia no es un álbum conceptual, aunque sí guarda una temática o hilo de pensamiento común como eje sus canciones. Su título hace referencia a la palabra latina «ausencia» o «en ausencia». «… Se trata de personas marginales, al margen de la humanidad y la sociedad. Me interesan los asesinos en serie, los abusadores de niños y los maltratadores de esposas… no en lo que hicieron sino en la psicología del porqué, ¿qué causó que se desquiciaran y retorcieran? ¿Por qué no pueden empatizar? Es [In Absentia] una especie de metáfora: falta algo, un agujero negro, un cáncer en su alma. Es una ausencia en el alma”.

Finalmente, In Absentia se publicó el 24 de septiembre de 2002. Al principio y durante bastante tiempo, las ventas fueron lentas. A juicio de Wilson, el propio sello tenía parte de culpa de eso, al lanzar tres singles para la radio de manera simultánea. «No quiero ser el tipo cliché que dice: ‘Hice todo bien, la compañía discográfica lo jodió todo’. No fue del todo culpa de ellos. No encajamos. Kid Rock fue fácil de vender. Matchbox Twenty, una venta fácil. Pero este grupo de ingleses excéntricos tocando esta música extraña, la gente no sabía dónde ponerla”.

Redacción: Eva Plaza

Formación:
Steven Wilson
Richard Barbieri
Colin Edwin
Gavin Harrison

Tracklist:

  1. Blackest Eyes
  2. Trains
  3. Lips of Ashes
  4. The Sound of Muzak
  5. Gravity Eyelids
  6. Wedding Nails
  7. Prodigal
  8. .3 (Dot Three)
  9. The Creator Has A Mastertape
  10. Heartattack In A Layby
  11. Strip The Soul
  12. Collapse The Light Into Earth

Referencias
Libro Citizens of Hope and Glory: The Story of Progressive Rock
Libro Focus On: 100 Most Popular English Songwriters
Louder
Documental The Making Of In Absentia, por Laise Holle
Libro Satisfaction: Conversaciones con el Rock
dprp

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