Banda: Hiagen
Álbum: El Diálogo Interior
Año: 2018
Procedencia: Madrid
Sello discográfico: (autoproducido)
Reseña por: Pedro Enrique Esteban Almagro
Hoy me voy a referir a una de estas bandas que buscan su camino entre guitarras distorsionadas, letras introspectivas y poéticas, en constante evolución. Cinco años han pasado ya, desde que Hiagen, grupo madrileño liderado por Edgar Soberón, guitarra y voz principal, publicara El Increíble Hombre Menguante, su primer trabajo.
Hasta hoy día, el camino ha sido duro, (seguro), dejando en el arcén sinsabores, alegrías y experiencias de todo tipo. Vamos, lo normal en este mundo de escaso reconocimiento y salas vacías. Pero ellos a lo suyo; se introducen, tres años largos y complicados después de su segundo álbum Los Últimos Días de Pompeya, en un «diálogo interior», intimista, maduro, reflexivo y musicalmente bello, duro, tormentoso… GENIAL.
Todo esto es este trabajo: una reflexión que comienza como un tornado en ‘La esquina segura’ con riffs por doquier, guitarras distorsionadas y una voz que enamora al instante, no por excelsa, sino por carismática. El tema avanza y nos propone unirnos a ese diálogo con uno mismo, – necesario para cualquiera que no quiera morir por dentro -, con cambios de ritmo, de la tempestad a la calma en un instante y quejíos que acaban en acústicos lamentos.
Como si de un castañazo en toda la frente se tratara, un nuevo cambio que nos lleva a leer un ‘Manual para no Hacer Nada’, trepidante, delirios y poesía en esencia porque, «dos personas no bailan, si una no quiere». Comienza una sucesión de riffs envueltos entre un ritmo endiablado. Como para no bailar, aunque sea a solas con uno mismo… de locos.
Al final surge el estallido y, poco a poco, de forma majestuosa, toma protagonismo un ritmo perfecto que te taladra y empalma con maestría con el tercer corte: ‘Como el Tío Gilito», maravillosa transición. Esa voz de la conciencia, en forma de falsete, que te conduce hasta una nueva explosión, ¡brutal!. ‘Si alguien me diera algo por cada estupidez que me persigue’ nos invita a seguir navegando por ritmos más propios del post-rock, hasta que muere lentamente y enlaza en su final con un nuevo principio, para tomar aire y seguir hablando de experiencias agrias… «estar loco ya no es lo que era».
En ‘Pilotos De Pruebas» se vislumbra la experiencia por la que pasa el protagonista, su intento de buscarse, la desesperación, los gritos desgarradores seguidos por el ritmo frenético del bajo, que conduce acoples de guitarra hasta ‘Un Descenso al Maelström’, no se puede estar más hundido. Un interludio onírico observa ‘El Mar de los Sagarzos’ y nos lleva a base de sintetizadores a ‘Material Escolar’, una de esas maravillas que salen de tarde en tarde, y que si lo firmara alguna respetable banda reconocida del panorama indie, sería un hit, hot, llena WiZinks, pero no, es mucho más que eso: un pensamiento, para unos pocos.
‘La Calidad del Sueño’ parece hecha para definir el disco: maravilla a dos voces que relata pensamientos maduros tras la desesperación, y se va tornando dura hasta romper en lamento, «no quiero estar así». ‘A la luz de los hechos’ es negación, ruptura. Ritmos adictivos nos hacen volar y girar sobre nosotros mismos, hasta el final, en el que los gritos de locura nos vuelven a erizar el vello.
Después de la tempestad viene la calma, dicen. Un sintetizador venido de otro mundo, acordes de guitarra tranquilos y una voz susurrante nos llevan a la ‘Resolución’, en forma de canto de esperanza, para empalmar en la misma linea, con el final, la conclusión. Toda una vida ha pasado por delante de mí y sigo aquí, expresando, sintiendo, viviendo, porque, como dice la canción, ‘Algún buen final tiene que haber’. Tendrá que ser así, si no, ¿para qué?… SILENCIO… FIN
Nota: 8 / 10
Redacción: Pedro Enrique Esteban Almagro
Tracklist:
1. La esquina segura 06:46
2. Manual para no hacer nada 07:07
3. Como el Tío Gilito 09:42
4. Pilotos de pruebas 05:24
5. Un descenso al Maelström 02:59
6. El Mar de los Sargazos 01:48
7. Material escolar 05:42
8. La calidad del sueño 03:58
9. A la luz de los hechos 07:57
10. Resolución 03:31
11. Algún buen final tiene que haber 10:08
Hiagen son:
Carlos Ramirez, guitarra
Silvia Fernandez, teclados
Rodrigo Tellez, bajo,
David Fernandez Darwin, batería
Edgar Soberón, voz y guitarra
Ignacio López Rufián, guitarra
KTDA 