Ana Vega & Mapa Mudo – ‘Bestiario’

Mapa Mudo es un proyecto musical de Ignacio Rodríguez Guerra, músico afincado en Asturias que se encarga de la guitarra eléctrica, el violín eléctrico, el sintetizador, los teclados, y las programaciones. El trabajo del que ahora nos encargamos cuenta con la participación de Ana Vega, poeta, narradora y crítica literaria, y da voz con sus propios poemas a esta publicación que procederemos a reseñar. Dicho disco, por cierto, tiene por título Bestiario y salió a la luz en abril de este año, conteniendo 18 nuevas canciones cortas, pues la más extensa de ellas sobrepasa un poco más allá de los cinco minutos. En la página oficial de Mapa Mudo puede leerse “ Así crea en vivo su música Ignacio, de la nada, capa a capa va cubriendo el mapa, se van definiendo sus límites y su morfología, va tejiendo una tela.”.

El primero de los temas, ‘La Sombra del Techo’ es una introducción meramente atmosférica, e instrumental hasta aproximadamente los dos minutos, momento en el que Ana Vega debuta en el disco. Es entonces cuando se hace evidente el papel del prólogo instrumental: su función es la de ponernos en contexto, en ir desgranando detalles sonoros que llaman a la intriga. Y esto por tanto se coordina perfectamente con el texto tan enigmático que recita Ana Vega.

Bestiario continúa con ‘Blessé’ y ‘La Loba’. Mientras que el primero de ellos deja entrever una sensación amarga y angustiosa, el segundo tiene tintes totalmente eróticos, con un mensaje directo y extrovertido. ‘¡Corre Lola, Corre!’ actúa de interludio y enlaza con ‘Porque en tus ojos sin tiempo…’, cuya apertura difiere con las anteriores; es más intimista, con un sonido eclesiástico conseguido gracias a los teclados y sintetizador que Rodríguez Guerra maneja. El amor es el sentimiento principal que encauza la mayor parte de las canciones, aunque debido al inicio que tiene ‘Porque en tus ojos sin tiempo…’, se plantea la incógnita de si ese amor es terrenal o celestial. Aquí los versos son ambiguos, como el último: “Yo, tu criatura hecha barro”.

En ‘Instinto’ se vuelve a transmitir esa mezcla entre soledad y nostalgia, creando siempre un halo de misterio. ‘Periferia’ presenta un sonido mucho más ecléctico y distorsionado, y entronca con ‘Nunca’, sutil y sugerente. La base electrónica de ‘Una araña en el techo’ simula el sonido actual de la Modernidad, y encaja perfectamente con el mensaje que aportan los versos. ‘La chica del puente’, ‘El Topo’ siguen la misma estela de los temas anteriores. ‘El circo ambulante’ ofrece un tono más cómico, y como su título indica, circense, sin duda para rebajar la tensión causada por las anteriores piezas.

‘Ausencia de fe’, ‘La sífilis de la mujer de al lado’, ‘Tesis del ahogado’ y ‘El final del cuento’ abordan cada uno diversos temas aunque siempre con un denominador común, manteniendo álgido el suspense durante toda la lectura. La penúltima pieza, de nombre ‘Ese reptil anegado en barro…’ es una composición muy delicada y melódica. Y por último, ‘¡Corre Lola, Corre! (reprise)’ es una versión más sinfónica de la cuarta canción que actúa a modo de epílogo.

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