Estamos muy felices de hablar con Ricardo Moreno y de haberle entrevistado. Ricardo Moreno es una prueba de la calidad musical y la excelente elaboración compositiva que existen en el país. Hablamos con un músico polifacético, que no se limita a un único género musical, sino que ha interpretado música de diversos estilos, y todos ellos han contribuído en su formación como artista.
Ricardo Moreno es el creador del proyecto Vodevil Vargas, y dos de los temas que componen su EP debut, Betis, 41, han sido nominados dos veces a los premios Hollywood Music In Media Awards. Recientemente, también se confirmó como el nuevo bajista de la banda Dark Moor.
1. Comenzaste a pisar los escenarios con Knell Odyssey, banda que tú fundaste y que exploraba los terrenos del Heavy y Thrash Metal, ¿cuál fue la razón que te llevó a abandonar la banda?
Cuando comencé la aventura de Knell Odyssey era realmente muy joven. Estábamos en 1994. Previamente ya había tocado en directo con bastantes bandas y grabado varias demos con alguna de ellas.
En aquellos tiempos mi obsesión era tocar con tanta gente como fuera posible para adquirir experiencia sobre las tablas y en estudio. Curiosamente en muchas de esas formaciones milité como bajista y no como guitarrista. Aunque es cierto que fue con Knell Odyssey la primera vez que me subí a un escenario defendiendo temas y proyecto propio.
Cuando inicié aquel proyecto estaba muy influenciado por todo el Thrash Metal europeo, así como el Speed Metal de aquellos años. Todo esto se nota sobre todo en la demo Gates Of Reality, la primera grabación que realizamos.
En los círculos underground la banda tomó cierta notoriedad y durante los tres años siguientes comenzamos a tocar mucho en vivo, con buena aceptación. Aquello nos llevó a pensar que era el momento de grabar un LP.
Cuando comencé a componer para ese disco mis gustos había cambiado excesivamente. Había comenzado a escuchar muchísimo Rock Sinfónico, fusión, etc… Ni tan siquiera me planteé el mantener la línea compositiva de la demo. Simplemente pensé que lo lógico era parir lo que en aquel momento bullía en mi cabeza (decisión de la que nunca me arrepentiré) y eso hice.
Si escuchas aquel LP, Sailing To Nowhere, se puede intuir toda la carga sinfónica que ya venía empujando fuerte en mi cabeza, así como temas más extensos, con más pasajes, etc… De hecho, en aquellos tiempos ya intenté grabar algunos elementos como palmas flamencas pero el resto de la banda no colaba por ahí.
Con perspectiva, creo que el gran problema de aquel álbum es que era demasiado ambicioso en lo que a producción se refiere. Al menos para los conocimientos y los medios económicos de los que disponíamos en la época. Aquel título no pudo ser más premomitorio: nos quedamos en medio de ninguna parte. El disco sonaba algo mejor que la demo, pero para nada se acercaba a la producción que yo tenía en la cabeza.
Hicimos gira presentando el álbum y no fue mal. Pero en aquellos tiempos ya tenía claro que quería fusionar al máximo toda la música que me influenciaba. No entendía por qué tenía que auto-imponerme estilos y pensé que era el momento de cerrar aquella etapa. El metal no era todo lo abierto que es ahora.
Curiosamente, casi 20 años después mucha gente sigue escribiéndome preguntando cómo conseguir la demo y el CD. De hecho, en Ebay he visto Sailing To Nowhere pagado a precios escandalosamente altos. Quizás debería disolver Vodevil Vargas para que comience a generar dinero y así poder continuar de forma más fluida, jeje…
2. ¿Podría decirse que Knell Odyssey fue el punto de inflexión a partir del que desarrollaste tu gusto por el sonido ambiental?
Digamos que fue un catalizador previo. Tras dejar la banda comencé a experimentar mucho con sintetizadores. Me aficioné muchísimo a bandas y artistas como Depeche Mode o Jean Michel Jarre, y ahí fue donde realmente surgió ese punto de inflexión.
Fue en aquel momento en el que tuve claro que, para llevar a cabo lo que quería hacer, eran necesarios un bagaje y experiencia que aún no tenía. Creo que fue mi primer atisbo de madurez artística. Aprendí a esperar. Supe darme cuenta de que necesitaba mucha más experiencia para producir algo que, sin saber en aquel momento lo que era, estaba naciendo en mi cabeza como el germen de Vodevil Vargas.
3. Ha sido un camino arduo con diversos géneros musicales y momentos vividos que han terminado consolidando tu sonido, ¿qué experiencias te han influenciado más en tu carrera musical?
Afortunadamente creo que he podido obtener experiencias positivas de todo en lo que me he involucrado. He sido siempre bastante selectivo en ese sentido, porque precisamente era eso lo que buscaba: forjar mi carácter musical. Y aunque por entonces no tenía excesivamente claro a dónde iba, sí que sabía perfectamente por dónde no quería pasar.
En cualquier caso, si tengo que elegir creo que me quedaría con mi etapa en la Orquesta Bakara y mi paso por la banda de Death Metal Avulsed. Con ambas formaciones tuve que preparar repertorios muy extensos y girar durante largo tiempo.
Como te puedes figurar, las diferencias entre pasodobles y canciones Thrash-Death son todas. Pero te das cuenta de que cualquier estilo tiene que ser tratado con el máximo de los respetos y que de absolutamente todos se aprende, y mucho.
4. No fue hasta 2010 cuando te centraste en dar forma a un proyecto muy personal llamado Vodevil Vargas, ¿cierto?
Así es. Era obvio que no iba a poder formar una banda al uso. Hablamos de un número muy elevado de músicos y actualmente se ha perdido ese sentimiento de “todos a una” en los grupos musicales. La gran mayoría de los músicos son mercenarios que cobran por su servicio (lo cual es absolutamente respetable. Hay que comer ¡Faltaría más!) y no se involucran en un proyecto porque crean en él. Con esto, la primera pieza del rompecabezas estaba clara: proyecto personal, no banda.
Por otro lado, me sentía ya con la experiencia necesaria como para tirar hacia delante con un proyecto de estas características. Producir artísticamente algo como Vodevil Vargas requiere de mucha concentración pero también de mucha mano izquierda. Se trata de saber llevar a cada músico de forma que pueda imprimir su estilo personal a la ejecución sin que esto vaya en detrimento del espíritu de la obra.
Todo esto requiere de muchas conversaciones con cada uno de ellos. Saber escuchar. Entender al máximo qué es lo que pueden aportar a tu obra. Enriquecerla al máximo. Hay que obtener ese punto de “vértigo”, de no querer tener todo bajo control en la producción. Si te dejas llevar muchas veces ocurren cosas mágicas en el estudio.
En 2010 sentí que no sabía demasiado pero que ya sabía lo suficiente. Había adquirido muchos conocimientos a través de muchas colaboraciones y conversaciones. De amigos que he ido haciendo a lo largo de los años. Así que me puse en marcha.
5. Bajo mi punto de vista, es una fusión extrovertida de rock, pop, jazz, soul y flamenco que no puede dejar indiferente a nadie, ¿fue Betis, 41 tu primera toma de contacto con el público y los oyentes más asiduos al rock progresivo?
Como músico que ofrece públicamente su trabajo, sí. Como oyente llevo muchos años asistiendo a conciertos de rock progresivo y charlando con otras personas que tienen mis mismos gustos.
He de decir que mi intención con Vodevil Vargas no era crear un proyecto de Rock Progresivo. De hecho es un alago que por parte del público y los medios se haya englobado esta obra dentro de esa etiqueta. También hay quien lo engloba dentro del Rock Andaluz. Lo cual es todo un halago también.
Mi intención era la de narrar musicalmente una historia. En Betis, 41 no hay letras, las canciones son instrumentales. Esto hace que los pasajes musicales estén al servicio de los hechos que acontecen en el relato y es por eso que las canciones tienen unas estructuras tan poco convencionales.
6. ‘Cianocrilato’ fue nominado por segunda vez a los premios Hollywood Music In Media Awards. ¿Cómo fue la experiencia?
Obtener por dos años consecutivos el reconocimiento de la industria discográfica norteamericana es todo un honor. Da mucho empuje para seguir adelante, aún y como están las cosas. El primer año la nominación vino de la mano del single ‘Santa Cruz’ y el año pasado con ‘Cianocrilato’.
El poder estar allí metido en el meollo te da un punto de vista diferente del negocio. No digo que sea fácil vivir de la música al otro lado del charco, pero es obvio que ellos se han dado cuenta de que hay que mover ficha ante la crisis del sector y se han movilizado con rapidez. La prueba es que han logrado, en cierta medida, equilibrar las ventas digitales con las físicas y están potenciando al máximo los shows en vivo. Algo impensable ahora mismo en Europa.
Otra cuestión es que allí ser músico es sinónimo de ser un trabajador más. Un profesional de tu sector. En España dices que eres músico y ya te están gritando que eres un “perroflauta” y que te busques un trabajo “de verdad”. Así son las cosas.
Nunca me cansaré de reivindicar nuestra profesión como una profesión más. Somos profesionales de nuestro sector intentando vivir de nuestro trabajo. Ni más ni menos.
7. Betis, 41 es el primer LP de la trilogía de Vodevil Vargas, y narra los episodios acontecidos un 10 de noviembre de 1975 en un antro sevillano llamado El Vodevil, ¿puedes adelantarnos el nombre o algún detalle en la historia de tu próxima publicación?
En la segunda parte, que no será un EP sino un larga duración, se ahondará en la historia y sobre todo en las vidas de cada uno de los personajes. En sus personalidades y en qué es lo que les ha llevado a estar en ese punto a cada uno de ellos.
Habrá temas instrumentales pero el grueso serán cantados. Todo el material está compuesto y pre-producido. Como de costumbre, el freno para continuar ahora mismo es la parte económica. Ya estoy trabajando en vías para que todo pueda ser llevado a cabo. Pero estoy solo en esto y todo lleva su tiempo.
8. ¿A qué se aproximará el sonido de la segunda entrega de Vodevil Vargas? ¿Recogerá más influencias musicales, o seguirá el recorrido de Betis, 41?
Como te decía anteriormente, habrá muchos temas cantados. En esos casos lo que se narra quedará implícito en las letras por lo que las estructuras no serán tan “difíciles”. En lo que ha temas instrumentales se refiere todo seguirá en la línea de ‘Santa Cruz’ o ‘Cianocrilato’.
En cualquier caso, en general el sonido continuará por la senda de Betis, 41. Seguirá sin haber ningún tipo de barrera estilística. Obviamente todo con un sentido. No es cuestión de mezclar estilos “porque sí”. Todo está muy meditado y todo sigue teniendo un por qué en su composición.
9. Corrígeme si me equivoco, pero hasta la fecha no has actuado en directo como Vodevil Vargas, ¿prefieres concebirlo como un proyecto limitado al estudio, o ya habías pensado en llevarlo al escenario?
Efectivamente, aún no he estrenado en directo el proyecto. Imagina lo complicado que puede llegar a ser llevar 11 músicos a escena. Sobre todo teniendo en cuenta lo difíciles que están las cosas para tocar en salas.
Pero me considero un músico de directo y no concibo un proyecto si no va a acompañado de su paso por los escenarios. Llevo mucho tiempo trabajando en esa idea y debo confesar que no va a ser nada fácil, pero lo conseguiré. Llevar Vodevil Vargas a las tablas es una de mis prioridades.
10. Recientemente has sido anunciado como el nuevo bajista de la banda de Power Metal/Metal Sinfónico Dark Moor, ¿habías trabajado con este estilo musical anteriormente?
Sí. De hecho, como dato anecdótico te puedo comentar que el guitarrista y productor de Dark Moor, Enrik García, es la persona con la que trabajé para las orquestaciones de Betis, 41. Nos conocemos desde hace casi veinte años y nunca tuve dudas de que él era la persona ideal para tocar ese palo de Vodevil Vargas. Es un grandísimo profesional y una excelente persona.
Ha sido todo un honor que esta formación haya decidido depositar su confianza en mí. Espero poder aportarles muchas cosas. Llevo solo un par de meses pero estoy aprendiendo una barbaridad. Al final de eso trata todo: la música es un aprendizaje continuo.
Cuando saltó la noticia mucha gente me escribió para saber si dejaba aparcado Vodevil Vargas. Obviamente la respuesta es NO. Son proyectos absolutamente compatibles, así que espero daros muy buenas noticias de ambas formaciones próximamente.
Escucha Betis, 41:
