El circulo de Willis, Sala Asklepios 18/02/2017
Redacción y fotografía: Pedro Losada García
Antes de nada, me gustaría dar un tirón de orejas a la numerosa gente que se jacta de ser muy cultos a la hora de escuchar música, y luego dejan que las salas de conciertos estén medio vacías. Aquí es donde expongo mi único punto negativo del concierto.
Cuando pensaba que llegaba muy justo para que comenzase la actuación del grupo madrileño, y yo iba pensando que no podría estar en primera fila, me encontré que estaba yo solo, ante un escenario vacío, y eso me dio una tristeza que no os podréis llegar a imaginar. Sobre todo ante una banda que sale poco de Madrid, y que, por qué no decirlo, para mí se ha vuelto un referente musical de la capital española.
Al final, como bien dijeron desde el grupo, fuimos pocos los asistentes; pero dimos lo mejor como público, el cual el respeto y la admiración fue totalmente mutua.
El Círculo de Willis es de esas pocas bandas que saben a la perfección mezclar muchas atmósferas, estilos musicales a la perfección, recreando, desligándose de etiquetas, para poder seguir avanzando con la música. Son músicos que hacen que hoy en día siga creyendo en que todavía hay mucho que explorar dentro de las notas musicales, y que no todo está ni compuesto, ni tocado.
Pero como en todos los sitios, en todos los trabajos, – que esto es un trabajo, con músicos profesionales -, requieren un sustento. Por eso entrar en la sala, y ver lo que vi, es para dar un buen tirón de orejas a mucha gente que deja que músicos como los que actuaron esa noche se fueran con los bolsillos vacíos. Pero eso sí, con la admiración y calor de los pocos asistentes del concierto. Méritos los tuvieron, y al que se lo perdió, pues allá él o ella. Como diría un viejo amigo, ¡fue un bolazo!
Con el nuevo trabajo en estudio, Retales, El Círculo de Willis se presentaron para regalarnos unos momentos musicales que llegarán a prevalecer en mi memoria para siempre. Desde el día de sábado 18, es uno de los mejores conciertos de un grupo nacional que he visto en mi vida. Dejémonos de etiquetas, de modas infantiles, y corrosivas, pasemos a hacer música, sin complicaciones y evolucionando.
Pues cuando sabes que los verdaderos músicos saben hacerlo, y encima son cuatro apasionados que no tienen ningún tipo de barrera, lo único que pueden llegar hacer es arte. Y eso es lo que vi en la noche del sábado.
Si tuvieran a alguien famoso entre sus filas, El Círculo de Willis estarían hoy en día codeándose con los músicos más respetables de la escena internacional, en lo que se refiere al campo del Rock progresivo. Donde Gonzalo Solas me impresionó con el dominio que tuvo con el saxo en todo el momento, y la travesera, la cual me llegaba a llevar a la música psicodélica de los años sesenta y setenta, cuando el Folk estaba marcándose hacia los términos del Rock psicodélico y progresivo. Sergio Segovia con la guitarra se juntaba con Gonzalo, y hubo momentos que me llegaron a recordar mucho al grupo israelí Rabin. Tanto en los sintetizadores como en el piano, el cual recreaba el Jazz en clave moderno, con ese sabor a clásico que si llegas a escuchar dentro de unos diez años comprobarás que tiene teniendo la misma magia que la primera noche que lo has escuchado. Pues al no ser un sonido convencional ni plano, siempre percibirás una nueva sensación cuando lo vuelvas a escuchar.
Tomas Fernández, el bajista que siempre puso su pulso ante sus dos compañeros y que se marcó unas cuantas pautas que llegaron a ser memorables. Nos regaló asimismo su gran simpatía, e Iván Pozuelo, un portentoso batería que hizo sacar lo mejor de cada uno de los compañeros.
Con temas como ‘Fractura’, ‘Nube9’, ‘El banquete caníbal’, o ese regalo que nos pusieron como colofón de la fiesta, ‘Puerta 186’.
No me gustaría terminar sin señalar los numerosos y constantes cambios de ritmo que hacían que cada tema cociese en un tono más colorido. Haciendo, como del Jazz, un estilo que siempre ha sido acusado por ser un tanto frío, en un movimiento vivo, el cual transmitía muchas emociones, las cuales calcaron a la perfección entre el público.
Público que terminó pidiendo mucho más, y si es posible, y se da bombo a este conciertazo, los podamos tener de nuevo en Valladolid.
Gracias por el gran recital, Circulo de Willis.
El Círculo de Willis son:
Iván Pozuelo del Castillo – Bateria y percusiones
Tomás Fernandez Giron – Bajo y sintetizadores
Sergio Segovia Hoya – Guitarra, piano y Hammond
Gonzalo Solas Fernandez – Flauta travesera, Saxo tenor y Ewi
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