Reseña por: Eva Plaza
Noah Histeria es una banda de Xátiva (Valencia) actualmente articulada por Alejandro Juárez Pérez, Álvaro Montón Valero, Quique Villalba Gil, Manu Harari Blanco y Juan Giner Navarro. El equipo cuenta con tres trabajos en su haber: el EP homónimo (2014), el álbum Hautefaye (2017) y el inminente OJEPSE, que estará disponible a partir del jueves 8 de diciembre.
Pese a que un intervalo de cinco años separen el nuevo del segundo álbum, puedo adivinar que las recientes composiciones van a ser comparadas con las de Hautefaye.
OJEPSE está visualizado desde una perspectiva diferente. Al igual que Hautefaye, se edifica alrededor de una vivencia trágica; pero mientras que el anterior disco se enfocaba en un hecho puntual del pasado, la obra última se centra en una circunstancia siempre factible: una situación de grave tensión puede producirse en cualquier momento, lo que podría dañar la psique e inducir un desdoble de personalidad.
Alrededor de esta temática versa OJEPSE, y plantea en qué parte del espejo estamos. Es decir, ¿cuál es el reflejo?, ¿Qué persona somos?. «Porque la realidad no es más que interpretación a través de los sentidos» – escribe la banda en su nota de prensa.
El hilo conductor deriva de las películas Enemy – que a su vez se basa en El Hombre Duplicado de José Saramago -, Lost Highway y Blade Runner, así como de la serie de anime, Neon Genesis Evangelion. Notemos también que nuestro protagonista igualmente se llama Shinji, como así reflejan las letras. Por cierto, hablando de este último aspecto, fijémonos en el trabajo lírico tan notable. Estoy de acuerdo con las palabras de Juan Giner en la entrevista: «Le doy una importancia capital a las letras … creo que lo que digo no es un caparazón vacío».

En el artwork se sintetiza toda la esencia de OJEPSE, que, como ya se puede apreciar, muestra a Shinji en un espejo. El hombre que se observa va bien trajeado, y aquí se infiere la pregunta: ¿Qué mensaje está lanzando la banda? Puede que Shinji anhele ir bien vestido, en cuyo caso quiere decir que es el reflejo el que nos está mirando, o bien significa que nadie está exento de padecer una enfermedad mental por muy impoluto que vista.
Por otra parte, observemos que el espejo está ahumado por la parte superior y que el personaje lleva unas gafas de sol. Esto me hace pensar en dos posibilidades: el espejo aparece negruzco porque hay un desequilibrio psiquiátrico, una neblina. Las gafas pueden estar intentando borrar la identidad del protagonista, como si se nos estuviera diciendo que todos los humanos pueden desarrollar una afección de estas características, sin importar quiénes sean.
Tampoco olvidemos la tarántula – influencia de Enemy -, es una metáfora de los traumas y fobias de Shinji. Para rizar el rizo, advirtamos que aparecen escritas las palabras «OJEPSE», como si el espejo estuviera al revés. La araña aparece entonces en un plano onírico, lo que es totalmente coherente, porque el artrópodo no existe literalmente. Hay otros elementos presentes en el diseño, como el origami o la pirámide, y posteriormente hablaré de ellos.
Dicho esto, hablemos del lado estrictamente musical. OJEPSE es un trabajo denso y costoso que invita a la reflexión, – algo que ya se intuye con el artwork-. El tecnicismo progresivo es equiparable al de Haken (Affinity y posterior). Debo añadir que en ocasiones me recuerda al Metal sinfónico de Royal Hunt, y otras veces se sigue más la dirección de Symphony X. Al igual que dijo el cantante, estamos presenciando un trabajo entrópico que sin embargo es quirúrgico a muchos niveles.
Procedo ahora a comentar cada uno de los temas que vertebran OJEPSE:
EVA’ es un prefacio puramente instrumental en el que se suceden los efectos de teclado: al principio el viento, cosa que me recuerda en el inicio a Delain en ‘No Compliance’. Los ecos y susurros hacen acto de presencia. Hacia la mitad de este primer corte tenemos una cadencia oriental, lo que no es descabellado dado que el personaje es presumiblemente japonés. En definitiva, ‘EVA’ ya evoca la atmósfera opresiva que va a envolver al oyente a lo largo de todo el álbum.
Enlaza con ‘Ville Neuve’ que llega pisando fuerte con una explosión guitarrística que mantiene un breve pulso con las baquetas hasta que debuta la voz. También merece una mención especial el efecto del final, a pesar de que apenas llega a los dos segundos de duración: me hace imaginar un rostro que cambia de forma, unas facciones que se alteran, pero que al fin y al cabo forman parte de la misma cara. Este pensamiento me hace ahondar en otros: si tiramos una moneda al aire, ¿de qué lado caerá?, ¿En qué parte del espejo estamos?, ¿Es el reflejo nuestro yo verdadero?
No sé si éstas son cuestiones filosóficas o lovecraftianas.
En ‘Origami’ y en ‘El Hombre Duplicado’ se enfatizan esos compases complejísimos en los que la voz y el ritmo marcado por la batería parecen entidades independientes. Parece que no siguieran el mismo camino, como si la partitura reflejara ese desdoblamiento de personalidad. En ‘Origami’, que es papiroflexia japonesa, se escuchan unos sutiles ritmos tribales. Esto, de nuevo, encaja con el concepto que se quiere transmitir, ya que el origami corresponde a una tradición ancestral.
Una vertiente más jazz se pone de manifiesto pasado el minuto 5 de ‘El Hombre Duplicado’, pero también se me asemeja por momentos a Steven Wilson en ‘The Holy Drinker’. Después hay un paréntesis más calmado y extremadamente elaborado siguiendo una especie de estela de Haken en ‘Earthrise’. Tras ello continúa la furia percusiva.
Aquí no hay canciones de cuna; apenas hay momentos melódicos. Y en ese sentido, ‘Oro y Miel’ tampoco da un respiro. En este track hay que prestar especial atención a los coros, cortesía del Coro de la Universitat Politècnica de València.
‘Vallée Vieille’ es un amplio interludio ambiental en el que se lucen los teclados. A partir del minuto 3:28 suenan unos golpeteos rítmicos, y me atrevería a decir que es como si Shinji quisiera romper el marco y pasar al otro lado: entrar en una nueva dimensión o salir de ella. No olvido tampoco la impronta vertiginosa que dejan los primeros y últimos segundos, como si la angustia del hombre fuera casi tangible. Quiera o no el grupo transmitir esta idea, la sensación que produce ‘Villée Vieille’ es perturbadora a la par que fascinante. Cuenta asimismo con unos tintes electrónicos, aunque éstos se hacen más patentes en el primer minuto de la siguiente canción.
En ‘La Pirámide’ la lírica es, una vez más, sobresaliente. El hombre continúa buscando quién es él en realidad: «¿Quién te acecha tras los límites que dictan tacto y piel?». El tema hace referencia al mito de Prometeo, un titán que intentaba dotar del libre albedrío para que la Humanidad adorara a los dioses, y lo que hizo para ello fue robar el fuego de los dioses y entregárselo a los humanos. Zeus se enfureció con Prometeo y le encadenó a una roca y envió un águila para que durante toda la eternidad le comiera el hígado. Se puede establecer un paralelismo entre este mito y la película de Blade Runner, que narra un futuro distópico. Y no, no es casualidad que este tema tenga una cadencia más moderna. Los efectos electrónicos ostentan una función primordial en este sentido.
«Torres más altas han caído y caerán, contarán la Historia», una de las frases que más enganchan del disco.
En ‘Ríen’ una antesala teclística allana el terreno para que la batería despliegue toda su vehemencia, y éste último dato se me antoja similar a la práctica de los barceloneses XNight o de los gaditanos Scape Land. Después, la percusión se anexiona al bajo, cosa que siempre me ha parecido muy elegante.
En conclusión, estamos ante un disco notable. La banda ha cuidado mucho todos los aspectos, incluso la música es más densa porque así lo requiere la complejidad de la mente. Estoy convencida de que gustará a la mayoría de nosotros… o a nuestro reflejo.
Calificación: 8 / 10
Reseña por Eva Plaza
Datos objetivos sobre la obra:
- Producido por Noah Histeria y Genís Ibáñez.
- En la grabación de baterías han colaborado Javi Sanchis y Álex Sanjuan (ASJ Sound Productions, Xàtiva). Especial mención a Alejandro Juárez.
- Bajos y guitarras grabados por Quique Villalba y Manuel Harari, con la colaboración de Álvaro Montón al bajo.
- Sintetizadores grabados por Juan Giner, con la producción de Genís Ibáñez y Carlos Part.
- Voces grabadas por Juan Giner en el estudio de Genís Ibáñez, quien se encargó además de la producción vocal.
- Mezclado y masterizado en junio de 2022 por Raúl Nácher de Soniart Producciones (Algemesí). – Logo y artwork de Mónica Cuadrado. Vídeos a cargo de Carlos Part y Mónica Cuadrado.
Gracias especiales al Coro de la Universitat Politècnica de València, David Dolz (producción coral) y Mr. X (voz recitada). - Fue compuesto entre 2020 y 2021 por Quique Villalba, Manuel Harari y Juan Giner y grabado entre septiembre y diciembre de 2021 en el estudio de Genís Ibáñez (Xàtiva).
Javier Badía, Álex Alonso, Daniel Torregrosa y Salva Párraga participaron en las ideas iniciales de El Hombre Duplicado (Javier Badía es autor de los sintetizadores de la intro) y Ville Neuve. Salva Párraga y Sergio Martínez son coautores de La Pirámide y participaron en la composición de Origami. Genís Ibáñez es autor único de Vallée Vieille.
Tracklist:
1. EVA
2. Ville Neuve
3. Origami
4. El Hombre Duplicado
5. Oro y Miel
6. Vallée Vieille
7. La Pirámide
8. Ríen
Enlaces de Noah Histeria:
http://instagram.com/noah_histeria
Bandcamp
https://www.facebook.com/noah.histeria/
Noah Histeria son:
Alejandro Juárez Pérez
Álvaro Montón Valero
Quique Villalba Gil
Manu Harari Blanco
Juan Giner Navarro
¡Buena reseña!. Larga, completa y que te deja con las ganas de escuchar el disco entero. 👍👍👍
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Magnífica. Para quien nos pregunte sobre el concepto detrás del disco, le remitiremos a esta reseña. Mejor analizado imposible.
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Es una delicia leer estas reseñas , viendo con el corazón con las que se escriben.
Suena Prog prog y más prog
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¡Muchas gracias!
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